Muchos de vosotros ya habréis resuelto el enigma que suscita este titular, se trata de una ciudad, más bien de un país: Holanda. Pero vamos a hablar con propiedad, estoy hablando de Ámsterdam y Leiden, dos ciudades que he visitado recientemente en mi BlogTrip y que no tienen nada que esconder. Casas flotantes, edificios tradicionales, viviendas nuevas y modernas, museos, edificios oficiales, hoteles, cafeterías, restaurantes… prácticamente no existe un solo edificio que tenga cortinas o persianas en sus ventanas. Los holandeses descubren su carácter más abierto y transparente dejando entrever el interior de sus casas. Y lo que más sorprende es que se dejan ver de día y de noche; comiendo, descansando en el sofá, leyendo, cocinando, limpiando o realizando cualquier actividad. Ni siquiera les importa que les hagas fotografías mientras están dentro de su casa; ese es el carácter de un holandés, un carácter amable, transparente y nada agresivo.

No sé muy bien el porque pero su buen humor quizá sea fruto de vivir en un ciudad con más canales que carreteras y con multitud de parques y espacio para moverse; tienes la sensación que los edificios respiran, que corre aire entre ellos. O quizá sea ese ejercicio diario que realizan con su querida bicicleta; por lo menos coincide con las palabras que todos hemos escuchado de nuestro médico alguna vez: “lo mejor es hacer ejercicio”.