Este verano he estado haciendo ruta por la preciosa Costa de Vizcaya, un viaje improvisado en coche del que he vuelto revitalizada. Ha sido un agosto de excursiones por el bosque, contacto con la naturaleza, buena gastronomía y un paisaje de postal.
En agosto es difícil poder dormir y descansar en un camping debido al intenso calor, sin embargo, en la Costa Vasca hemos descansado más que nunca. Ha sido un placer dormir bajo los inmensos pinos y despertar con vistas al mar a una temperatura de entre 17 y 23 grados. Todavía recuerdo como nos dormíamos con el sonido del romper de las olas. Estuvimos en el camping Endai, a 3 km de Lekeitio, un camping sencillo y económico pero que te ofrece una ubicación inmejorable. A veces merece la pena sacrificar lujos a cambio de una buena parcela llena de árboles, además, permiten mascota y mi perrita pudo irse también de vacaciones.
Hemos estado 9 noches fuera de casa y ha sido suficiente para recorrer y descubrir la Costa de Vizcaya, pero quizá poco tiempo para hacer toda la Costa Vasca, incluyendo la parte guipuzcoana. Al fin y al cabo, nunca debemos olvidar que estamos de vacaciones y así tenemos excusa para organizar otra escapada más adelante.
Txacolí, pintxos y chuletón
Unas vacaciones en la Costa Vasca no están completas sin vivir la experiencia de degustar su vino y su gastronomía. El famoso y conocido Txacolí, los exquisitos pintxos, los pimientos de Gernika, ese tomate tan sabroso… Eso sí, aunque puedes pasarte todas las vacaciones comiendo pintxos, prácticamente todos se sirven fríos y al cabo de unos días recomiendo sentarse en un restaurante y pedir un chuletón de medio kilo.
La cultura de los pintxos no es sólo una experiencia gastronómica, es también una experiencia social. Sorprende ver como las calles se llenan de gente, que charla entre copa y copa de Txacolí o de cerveza, como parte de su rutina diaria. En mi caso, al viajar con mi perrita, esto facilita las cosas pues nos podía acompañar a todas partes. La vida y el ambiente está en la calle.
- A destacar el Bar Lumentza en Lekeitio, un pequeño bar especializado en pintxos, jamón de jabugo y pulpo al estilo propio, entre otras elaboraciones, todas ellas exquisitas.
- Otra tapa recomendable son las rabas (calamar) en el Bar Prim del muelle de Lekeitio. Si tienes suerte de encontrar mesa libre te recomiendo que las pruebes por unos 6 euros la tapa. Tiene el añadido de estar delante del mar.
- También en Lekeitio, pero esta vez para un buen chuletón (1/2 kg) por 11 euros: Etzobia, en Avenida de Sabino Arana.
Entre mar y montaña
El paisaje de la Costa Vasca pasa del mar a la montaña en pocos kilómetros y esa cercanía te permite hacer cada día lo que más te apetezca. Puedes subirte a la bici o calzarte unas botas de montaña y adentrarte en los bosques y el espacio natural o ponerte el bañador y buscar las playas con las mejores olas para iniciarte en el deporte por excelencia de la zona: el surf.
El Bosque de Oma
Sin duda, una excursión a la montaña que recomendaría seria la visita al Bosque de Oma, en Basondo. Una excursión de unos 7,4 kilómetros, algo complicada por la pendiente en algunos tramos pero accesible con un poco de esfuerzo. Lo más complicado es remontar la parte de las escaleras que hay al final del camino, estas te llevan hasta el valle donde están los árboles pintados del Bosque de Oma. No está acondicionado para la visita con sillas de ruedas o carros de bebé.
Una vez en el valle te das cuenta que ha merecido la pena, todo el esfuerzo se ve recompensado por un paisaje mágico, extraño, artístico, natural… que te envuelve con figuras que se completan a la vista a medida que avanzas en el camino. Sólo se puede completar la figura visual desde una posición, señalada en el terreno con unas flechas y unos números (Recoger el recorrido por el Bosque de Oma en la Cueva de Santimamiñe).
Ver puntos de la ruta por el Bosque de Oma.
Descargar la ficha del recorrido por el Bosque pintado de Oma.
San Juan de Gaztelugatxe
San Juan de Gaztelugatxe es una excursión obligada. Un islote caprichosamente unido a la tierra por una estrecho camino de piedra de 231 escalones, aunque la tradición cuenta que antiguamente tenía tantos escalones como días tiene el año, 365. En lo alto del peñasco, se encuentra únicamente una pequeña capilla y un refugio, donde dicen da buena suerte hace repicar 3 veces su campana. Las vistas desde arriba son preciosas panorámicas del perfil de la costa, especialmente bonito al atardecer.
El camino es algo duro, no diría complicado pero a las escaleras hay que añadirle un camino de bajada (y subida) de una media hora. Se tiene que aparcar en el restaurante Eneperi. Se puede comer en el restaurante (más caro) o en las parrillas que tienen fuera (más económico). La capilla está cerrada los domingos por la tarde y los lunes, abren de 11.00 a 18.00 horas todos los días y de 11.00 a 15:00 horas los domingos pero el acceso para subir hasta arriba está siempre abierto y es gratuito.
Las playas y la Ría de Urdaibai
De los frondosos bosques pasamos a la belleza de la costa de Bizcaia. Un bonito recorrido por la costa que recomiendo hacer por la carretera que está junto al mar, donde encontraréis las playas de los distintos pueblos que rodean las rías.
Sin embargo quiero destacar algunos lugares para bañarse:
- Dos playas que se encuentran a en la carretera: Laga y Laida. Son especialmente bonitas y reclamadas por los autóctonos.
- Las playas de la Ría cuando ha subido la marea y cuando baja es una experiencia que tienes que vivir en Urdaibai, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Sólo algunas playas se mantienen con la subida de la marea y otras desaparecen hasta un nuevo día.
- En Lekeitio, cuando la marea lo permite, una pasarela de piedra se abre camino desde la arena hasta la isla de San Nicolás, donde muchos se acercan para pasar el día y nadar alrededor del islote. Tienes que estar atento para no quedarte sin pasarela ya que seria un problema para volver a la orilla.
- En Mundaka encontraréis la conocida y singular ola de izquierda y una de la 10 mejores olas del mundo, muy apreciada para los surfistas que ofrecen un espectáculo visual a todo el que se acerque.
- Por último, en la localidad de Busturia, se encuentra la Isla de Txatxarramendi, con la parada de tren Itsasbegi de Busturia delante de la playa. Si la marea está alta puedes bañarte desde las rocas, el muelle o el césped; cuando está baja se puede pasear alrededor. El islote en sí es un jardín botánico y un buen lugar para tomar fotografías de la Ría.
Un último consejo sobre playas:
A lo largo de la carretera de la costa encontraréis algunos vehículos aparcados en la calzada, de un modo casi imposible en algunos casos. Eso significa que probablemente allí cerca se encuentre un pequeño camino y al final, una preciosa y pequeña playa. A veces no está de más probar suerte.