¿Huayna Picchu? Querrás decir Machu Picchu… ¿no?
Prácticamente todos los viajeros que han estado en Perú han visitado el Machu Picchu, el valle sagrado que conserva una enorme ciudadela inca prácticamente en su estado original. Sin embargo, pocos saben de la existencia del Huayna Picchu o Wayna Picchu, la montaña joven que todos hemos visto como parte de la mundialmente conocida postal de Macchu Picchu. La experiencia que quiero compartir es un punto de vista diferente, una perspectiva desde la montaña joven, un descubrimiento del Machu Picchu desde el Huayna Picchu.

Machu Picchu y la cara del inca

Todos tenemos en mente la imagen del Machu Picchu, con las montañas detrás como fondo de la postal. Pues bien, el guía de Machu Picchu nos explicó que esas montañas eran el perfil de la cara de un inca. Podéis observar en la foto la frente, la nariz, los labios y el mentón.

Machu Picchu

El Huayna Picchu, que significa “montaña joven” es la nariz del inca. Un lugar maravilloso para observar Machu Picchu y vivir una experiencia inolvidable.

Requisitos para subir al Huayna Picchu

Desde 2012 el acceso a Huayna Picchu está limitado a las personas que entren dentro de las primeras 400 reservas diarias. La subida al Huayna Picchu tiene un coste adicional, no viene incluido en la entrada a Macchu Picchu.

Wayna Picchu

Entran dos grupos, uno de 7.00 a 8.00 y el otro de 10.00 a 11.00 horas. Si llegas tarde, no entras. Te solicitan el pasaporte y te apuntas en un libro histórico de visitantes que han subido al Huayna Picchu, es un sistema de control  para saber quién está dentro de la montaña joven pues al salir, todos registramos en la misma libreta nuestra salida.

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En general, el camino no es difícil, aunque es necesario estar preparado para pasar algunos tramos más inclinados, con sensación de vértigo cuando no tienes barandilla y siempre vigilando donde se ponen los pies. Por el tema de la altura, si llegas bien adaptado a la altura y has ido subiendo de altitud poco a poco durante tu viaje a Perú, probablemente no lo notarás. Estamos hablando de 2.667 metros de altitud en Huayna Picchu y  2490 metros en Machu Picchu, cuando en el Valle del Colca, por ejemplo, llegas a alturas de casi 4.000 metros.

Wayna Picchu

A pesar de tener un buena adaptación a la altura siempre tienes que ser muy consciente que tu cuerpo obtiene menos oxígeno para hacer cualquier cosa y que debes ir subiendo poco a poco. Haciendo las paradas que cada uno necesite para poder seguir adelante. Importante no rendirse y tener en cuenta que no es una carrera.

Mi experiencia subiendo el Huayna Picchu

Wayna Picchu

Poco a poco y sin parar; entre subir, hacer unas fotos y volver a bajar, estuve unas 3 horas dentro de la montaña joven. Si yo he podido, que no practico ningún deporte regularmente, puede subir cualquier persona con fuerza de voluntad y cabeza. El camino es algo dificultoso y puede resultar resbaladizo pero yo subí sin ningún problema, sólo tuve algún momento de sensación de vértigo pues se trata de un camino estrecho e inclinado. Cuando por fin ves la perspectiva de Machu Picchu desde arriba del Wayna parece otro escenario. Sólo desde ese punto de vista puedes ver cómo la ciudadela también tiene una forma definida, la del cóndor.

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La serpiente, el puma y el cóndor son los tres animales que representan los tres mundos para la cultura andina: el río o agua (serpiente), la tierra (puma) y finalmente el cielo (cóndor). Estos son los tres mundos que se representan en la cruz andina, también conocida como chacana.

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En algún punto del camino tienes que pasar por una especie de cueva donde se puede ver la luz de su salida; y más adelante, ya al final, tienes que subir una escalera de madera y superar un par de rocas para llegar a la cima. Un espacio de pocos metros, cuatro rocas con 10 o 15 personas haciendo fotos para el recuerdo. Cuando llegas has podido observar otra silueta de Machu Picchu, has pensado varias veces en abandonar el camino, has pasado por obstáculos de la naturaleza y por fin has llegado a la cima, tu objetivo. En ese momento te invade una sensación de satisfacción, paz y respiras profundamente.

Has subido al Huayna Picchu.