Una experiencia gastronómica, divertida y cultural en Cataluña es acercarse hasta Valls en invierno para comer los famosos calçots, lo que se conoce cotidianamente como hacer una calçotada. Si tienes suerte puedes coincidir con la Gran Festa de la Calçotada que se celebra para inaugurar la temporada de los calçots y donde más de 30.000 personas se reúnen para comer estas peculiares cebollas.

El calçot fue el descubrimiento de un payés vallense que alteró el tradicional proceso de cultivo de la cebolla consiguiendo este peculiar resultado: el calçot. Hoy en día, uno de los productos de la tierra y platos tradicionales catalanes más apreciados por los autóctonos.

Los calçots se cuecen a fuego vivo en las brasas y se sirven en raciones individuales de unas 15 unidades. Comerlos es relativamente fácil: te pones el babero que te proporcionan, sujetas por la parte superior el calçot y retiras la parte externa y quemada hasta ver limpia la cebolla, luego la metes dentro del cuenco de la salsa de calçot o salvitxada y ¡a comer!

A grandes rasgos, así es un menú de calçotada (30/37€) en cualquier restaurante:

  • 15 calçots por persona
  • Carne variada a la brasa con alubias
  • Pan con tomate
  • Alioli
  • Crema catalana
  • Vino, bebida
  • Babero
  • Guantes (no siempre)

Os dejo un vídeo demostrativo de cómo se comen los calçots en el concurso de la Gran Festa de la Calçotada de Valls, donde el ganador se puede llegar a comer casi ¡300 unidades!

¡Buen provecho y bon profit!